jueves, 21 de febrero de 2013

ALERGIA ALIMENTARIA

Alergia Alimentaria

Se trata de una reacción inmunológica inducida como respuesta a la ingestión de un alimento.
Con el fin de encuadrar bien las reacciones adversas frente a alimentos, el Comité de Alergia a Alimentos de la Academia Europea de Alergia (EAACI) clasifica las REACCIONES ADVERSAS A ALIMENTOS pueden clasificarse en:
TÓXICAS: Producen trastornos en cualquier persona. Por ejemplo, la intoxicación por setas.
NO TÓXICAS : Sólo afectan a personas susceptibles. Entre ellas hay diversidad de reacciones:
  • Intolerancias: producidas por ciertos alimentos, no son reacciones alérgicas auténticas, su severidad depende generalmente de la dosis.
  • Farmacológicas: Por ejemplo, algunos alimentos (ej. quesos muy curados,...) pueden contener elevadas cantidades de ciertas sustancias (histamina, tiramina,...) que pueden producir algunas reacciones (como por ejemplo cefaleas) que no son reacciones alérgicas en sentido estricto.
  • Enzimáticas: Algunas personas tienen déficits de ciertas sustancias digestivas necesarias para digerir algunos alimentos. Es el caso, de las personas con intolerancia a lactosa (el azúcar que lleva la leche), causado por un déficit de lactasa (que es la sustancia capaz de digerir la lactosa). En estos casos los pacientes presentan diarreas cuando toman leche o derivados lácteos. No son tampoco reacciones alérgicas.
  • Irritantes: Por ejemplo, las reacciones que se producen cuando se ingieren comidas muy fuertes, muy especiadas o picantes,...
  • Otras: Por ejemplo las reacciones de aversión: niños que le han tomado asco a un alimento en particular, y que no sólo su ingestión, sino incluso su mera visión les induce náuseas o vómitos.
  • Hipersensibilidad: son las reacciones propiamente ALÉRGICAS. Están ocasionadas por un mecanismo inmunológico, es decir, por una respuesta específica frente al alimento, ya sea detectable por la presencia de anticuerpos IgE específicos o por otro mecanismo inmunológico.

Alergenos alimentarios
En España, los alimentos más frecuentemente implicados en reacciones alérgicas son: leche, huevo, pescados y mariscos, frutos secos, frutas frescas y cereales.
Huevo
  La más frecuente
Leche de vaca    
La más frecuente en la infancia
Pescados
Frecuente: La mejor conocida es al bacalao
Crustáceos
Frecuente, tanto en niños como adultos
Anisakis
Muy frecuente
Frutos secos
Muy frecuente
Cereales
Muy frecuente
Frutas
Frecuente. Melocotón, manzana, etc.
Leguminosas
Frecuente por su riqueza en proteínas
Hortalizas
Rara
Especias
Rara
Los componentes de los alimentos causantes de las reacciones alérgicas son las PROTEÍNAS. En el caso de la leche de vaca, las proteínas que con más frecuencia producen alergia son la Caseína , la Alfa-lactoalbúmina y la Beta-lactoglobulina . En el huevo, la ovoalmúnina y el ovomucoide, en los crustáceos, las tropomiosinas, etc.
Algunas de estas proteínas pueden estar presentes en alimentos de diversas fuentes, de forma que nos podemos encontrar pacientes que parecen alérgicos a múltiples alimentos pero sin embargo sólo son alérgicos a una sola proteína presente en todos esos alimentos. En estos casos se habla de reactividad cruzada.
Por el mismo mecanismo algunos pacientes con alergia alimentaria pueden presentar alergia a alérgenos respiratorios que son similares a los alérgenos alimentarios como ocurre en el síndrome polen-frutas.
En otras ocasiones las sensibilizaciones alimentarias y respiratorias son independientes y hablamos de co-sensibilización.
Asimismo, pueden producir reacciones alérgicas algunos aditivos alimentarios (colorantes, conservantes, emulgentes, espesantes, etc.). El "Código Alimentario Español" entiende por aditivo alimentario aquellas sustancias que se añaden intencionadamente a los productos alimenticios sin el propósito de cambiar su valor nutritivo, con la finalidad de modificar sus caracteres, técnicas de elaboración, conservación y/o para mejorar su adaptación al uso que se destinen. Estas sustancias están codificadas (productos E-..) y muchas son de declaración obligatoria.

Síntomas de la alergia alimentaria
Hay que tener en cuenta que un mismo alérgeno alimentario no produce siempre la misma sintomatología y que la intensidad puede variar, por lo que aunque las reacciones sufridas con anterioridad fueran leves, se pueden producir reacciones más graves sin motivo aparente.
La cantidad de alimento que provoca una reacción también varía en cada paciente, desde trazas hasta cantidades bastante elevadas.
Los valores de IgE específica frente a los alimentos tampoco guardan relación con los síntomas, hay casos de reacciones graves con valores no muy altos y con esas mismas cifras otro paciente puede tolerar el alimento.
1. Síntomas digestivos:
  1. El Síndrome de Alergia Oral: picor de boca, lengua y garganta, que coincide con la ingestión de alimentos, sobre todo frutas y hortalizas frescas, marisco, etc.
  2. Vómitos, Diarrea, Dolor Abdominal, de aparición e intensidad variable, dependiendo del alimento involucrado, y del grado de afectación del aparato digestivo.

2. Síntomas cutáneos:
  1. Lesiones eritematosas, urticaria y habones en zona de contacto (bien sea por contacto directo con el alimento o indirecto (por contacto con personas que los hayan consumido) con afectación de párpados, manos, o afectación generalizada.
  2. La dermatitis atópica (DA) puede ser exacerbada por alimentos como en el caso de las proteínas de la leche de vaca, o de huevo. En estos casos el papel de los alimentos es difícil de evaluar ya alimento causante.
  3. Existen dermatitis por contacto con alimentos. Se trata de dermatitis de contacto proteicas, que se producen habitualmente en el entorno laboral en manipuladores de alimentos.

3. Síntomas respiratorios:
También se han descrito en relación con la alergia alimentaria casos de hiperreactividad bronquial, con reacciones asmáticas, rinoconjuntivales (estornudos, picor nasal y ocular, lagrimeo y congestión nasal). Estos síntomas se pueden producir de forma aislada o bien en el contexto de reacciones generalizadas.

4. Anafilaxia:
Es la reacción más grave, y que requiere una intervención inmediata. Habitualmente se producen síntomas cutáneos o generales, además de la sintomatología digestiva. En ocasiones se requiere la presencia de otros factores, como la realización de ejercicio físico, o la toma previa de anti-inflamatorios no esteroideos además del alérgeno alimentario.

Tipos de reacciones alérgicas alimentarias
La cronología de las reacciones alérgicas a alimentos varía dependiendo del mecanismo implicado en la reacción inmune causante de la reacción.
  • Inmediatas: se producen al cabo de pocos minutos de ingerir el alimento (menos de 30 minutos), por lo que la relación causa-efecto suele estar muy clara. Es el caso, por ejemplo del Síndrome de Alergia Oral, inducido por la ingestión de melocotón. Se detecta la existencia de anticuerpos IgE específicos frente a los alimentos responsables y con cierta frecuencia las reacciones pueden ser graves. También se pueden producir otros síntomas como urticaria, angioedema, vómitos o anafilaxia.
  • Diferidas: suelen comenzar al menos 2 horas tras la ingestión del alimento y en ocasiones pueden aparecer al cabo de 24-48 horas. En general este tipo de reacciones únicamente producen síntomas digestivos (diarrea), y no suelen detectarse anticuerpos IgE específicos. Es el caso de la enteropatía sensible a proteínas.
  • Tardías: aparecen varios días después de la ingestión del alimento. El síntoma más frecuente en este caso es el empeoramiento de los cuadros de dermatitis atópica.

Diagnóstico
Es necesario un apropiado diagnóstico alergológico, porque dependiendo de los alimentos implicados y del tipo de reacción (con o sin anticuerpos IgE específicos) es posible:
  • Predecir la posibilidad de reacciones cruzadas con otros alimentos naturales o manufacturados.
  • Prevenir la severidad de futuras reacciones.
  • Hacer un pronóstico sobre la posibilidad de remisión
  • Instaurar el tratamiento más adecuado, puesto que dependiendo del mecanismo el tratamiento dietético puede diferir notablemente
  • La posibilidad de una reacción aguda grave puede requerir unas recomendaciones terapéuticas muy precisas.
También hay que señalar que con frecuencia la alergia alimentaria constituye el primer paso de la llamada Marcha Alérgica, de manera que es frecuente que pacientes que comienzan con alergia alimentaria terminen desarrollando otras enfermedades alérgicas (Dermatitis Atópica, Asma).
El diagnóstico de la alergia alimentaria incluye dos objetivos:
  1. Identificar el o los alimentos responsables\r\n
  2. Comprobar, si es posible, el mecanismo inmunológico responsable de la reacción\r\n

Etapas del diagnóstico de la alergia alimentaria
  • En la primera se trata de identificar y relacionar la clínica del paciente con el/los alimentos. Se basa en la realización de la historia clínica del paciente y en una exploración física que orientarán sobre las pruebas a realizar.
  • En la segunda etapa se trata de identificar sensibilización alérgica frente a alimentos. Para ello se realizan pruebas cutáneas con un extracto proteico realizado con la materia prima que se sospecha, o directamente mediante técnica prick-prick (que consiste en picar el alimento con la lanceta y seguidamente realizar la prueba en la piel). Estas pruebas se pueden complementar con la determinación en sangre de anticuerpos IgE específicos frente al alimento.
  • En una tercera etapa, puede considerarse necesaria la realización de una prueba de provocación controlada con alimento con el fin de establecer un diagnóstico definitivo al establecer que la sensibilización frente a determinado alimento es la responsable de los síntomas del paciente. En ocasiones se tata de pruebas de tolerancia para comprobar que la toma de un alimento no desencadena problemas. En cualquier caso estas pruebas serán indicadas y realizadas por especialistas entrenados específicamente y siempre en un medio hospitalario.

Evolución de la alergia alimentaria
Las alergias alimentarias con frecuencia terminan desapareciendo, pero esto depende en gran medida del alimento implicado, de la edad del paciente y de la severidad del problema.
  • Es más probable que desaparezca una alergia a la leche de vaca que una alergia al pescado o a los frutos secos.
  • También es más probable que desaparezca una alergia alimentaria en niños pequeños que en adolescentes o adultos.
  • Es más probable que desaparezcan alergias causantes de reacciones leves que los casos graves.

Tratamiento
  1. Identificar con precisión los alimentos responsables.
  2. El especialista deberá indicar con la mayor exactitud posible el tratamiento, el pronóstico, y el riesgo de eventuales reacciones agudas como consecuencia de una ingestión inadvertida del alimento en cuestión.
  3. El tratamiento eficaz para prevenir la alergia a alimentos es la estricta eliminación del alimento implicado de la dieta; en el caso de tener que hacer una dieta de eliminación muy amplia, habrá que buscar alimentos sustitutivos con el fin de confeccionar una dieta que cubra los requerimientos nutricionales de la persona afectada.
  4. En los casos graves hay que tener especial cuidado con la alimentación, pues muchos alimentos alergénicos pueden aparecer en numerosos productos de forma enmascarada o con denominaciones desconocidas y pueden ser ingeridos inadvertidamente.
  5. Igualmente se deben extremar las precauciones en la manipulación y cocinado de los alimentos.
  6. En el caso de reacciones potencialmente graves el especialista debe proporcionar instrucciones precisas respecto a la manera de proceder, el tratamiento de urgencia y otras indicaciones sobre la necesidad de acudir a los servicios médicos de Urgencias.
  7. Es conveniente repetir periódicamente la exploración alergológica, con el fin de ir valorando la evolución del problema.
En ocasiones se recomienda la anotación diaria de los alimentos ingeridos y los síntomas experimentados con el fin de detectar los alimentos o el alimento que producen la intolerancia alimentaria
También es importante evidenciar factores que puedan facilitar o agravar las reacciones alérgicas alimentarias. Entre estos factores está la realización de ejercicio físico, la toma de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y la ingesta concomitante de bebidas alcohólicas.
La realización de dietas restrictivas, que sólo incluyen una serie limitada de alimentos muy poco alergénicos. Estas dietas se mantienen durante un periodo variable de tiempo hasta conseguir la estabilidad clínica del paciente y paulatinamente se van introduciendo los alimentos objetivando la respuesta. Estas dietas generalmente se conocen como dietas de exclusión y son útiles tanto para alergias como intolerancias alimentarias. Estas dietas necesitan una estrecha supervisión nutricional.




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